Esta semana ha sido fuerte... muy fuerte... mis pies me llevaron a acompañar a mi abuela hasta su último aliento, hasta su última morada... su partida fue un proceso largo y doloroso para ella y para nosotros, pero sin duda un tiempo que me permitió disfrutarla, cuidarla, amarla, retribuirle en vida todo lo que ella hizo por mi... su partida me deja un gran vacío, pero me siento inmensamente feliz y afortunada de haberla tenido, de saber que ahora está mejor... y que seguiremos unidas por esa conexión especial que siempre hubo entre nosotras... al sentir la nostalgia de su ausencia física, vienen a mi mente innumerables recuerdos que vivimos juntas, y todas las cosas que ella me dejó... por eso la mejor forma de honrarla es vivir como ella me enseñó, no creo que llegue a su talla, pero al menos debo hacer mi mejor esfuerzo... ella fue grande, noble, íntegra, humana, generosa, sabia... de pocas palabras, pero siempre detallista, siempre presente con su entrega y amor infinito...
La vida no me alcanzará para agradecer haberte tenido abuela amada... descansa en paz...
Nunca se está preparado para la muerte, pero sin duda, cuando nos toca verla de cerca, se nos da una oportunidad de redimensionar nuestra vida, de aprender a darle valor a lo que realmente importa, a recordar que nos enseñan a ser buenos, pero no a ser felices, y ese es nuestro trabajo, ser felices...y aunque Paulo Coelho no es de mis autores favoritos, tiene una reflexión muy oportuna para este momento de mi vida... se las comparto junto a mi foto de la semana, la foto 4/52 de este sencillo pero significativo proyecto fotográfico...
Feliz semana!
